Sobre la sociedad de control, los ultras y por qué se compran las teorías conspiranoicas
La creciente adhesión a teorías conspirativas, especialmente entre personas con tendencias ideológicas de ultraderecha, ha sido objeto de creciente preocupación en las sociedades modernas. A primera vista, puede parecer sorprendente que personas con acceso a educación, recursos económicos y posiciones de poder puedan abrazar ideas que, desde una perspectiva racional, parecen carentes de fundamento. Sin embargo, esta tendencia puede entenderse mejor a través del lente de las "sociedades de control" descritas por Gilles Deleuze, en las que el poder se ejerce de maneras más difusas y omnipresentes, modulando continuamente la información y las conductas de los individuos.
Las Sociedades de Control: Una Nueva Configuración del Poder
En su ensayo "Postscriptum sobre las sociedades de control", Gilles Deleuze describe cómo las formas de poder han evolucionado desde las sociedades disciplinarias, donde el control se ejercía a través de instituciones cerradas como fábricas, escuelas y prisiones, hacia sociedades de control donde el poder se distribuye de manera más continua y menos visible. En estas nuevas sociedades, el poder no se impone mediante la vigilancia y el castigo directo, sino que opera a través de redes de información y tecnología que modulan la conducta de los individuos de manera constante y adaptativa.
Este cambio ha generado una profunda desconfianza hacia las instituciones tradicionales. A medida que el poder se vuelve menos visible y más abstracto, las personas pueden sentirse alienadas y desorientadas, lo que las hace más susceptibles a buscar explicaciones simples y claras para las complejidades del mundo moderno. Las teorías conspirativas, que ofrecen narrativas sencillas sobre enemigos comunes y amenazas globales, encuentran un terreno fértil en este contexto.
La Desconfianza y la Búsqueda de Certidumbre
Uno de los factores más relevantes para entender por qué las personas de ultraderecha son más propensas a creer en teorías conspirativas es la desconfianza hacia las instituciones. Este sentimiento es exacerbado en las sociedades de control, donde las instituciones tradicionales han perdido su capacidad de proporcionar certezas y estructuras claras. En lugar de ello, el poder se difunde a través de redes que modulan la información y las decisiones de manera invisible, lo que puede llevar a una sensación de que hay fuerzas ocultas manipulando la realidad.
Las teorías conspirativas de ultraderecha, que a menudo se centran en la idea de que un grupo pequeño y poderoso (ya sean élites globales, organizaciones internacionales o minorías específicas) está manipulando los acontecimientos mundiales para su beneficio, son atractivas porque ofrecen una explicación que valida la desconfianza preexistente. Estas teorías permiten a los creyentes encontrar un enemigo tangible al que culpar de sus inseguridades y ansiedades, lo que les proporciona una sensación de control en un mundo percibido como caótico e impredecible.
El Papel de las Redes Sociales y las Burbujas de Información
Las redes sociales, como las describe Deleuze en su ensayo, son herramientas clave en las sociedades de control que modulan la información que las personas consumen. Los algoritmos de estas plataformas están diseñados para mostrar contenido que refuerza las creencias y prejuicios existentes, creando burbujas de información donde los usuarios están expuestos a una visión del mundo cada vez más sesgada y polarizada.
Para las personas con inclinaciones ultraderechistas, estas burbujas de información pueden ser especialmente peligrosas, ya que amplifican las teorías conspirativas que ya están predispuestas a aceptar. La constante exposición a estas narrativas no solo refuerza sus creencias, sino que también dificulta el acceso a información que podría contradecir o cuestionar sus percepciones. Como resultado, los usuarios terminan viviendo en un ecosistema informativo cerrado, donde las teorías conspirativas son vistas no solo como plausibles, sino como la única verdad.
De la Escéptica a la Creencia: Un Proceso de Transformación
El proceso de transformación desde el escepticismo hasta la creencia en teorías conspirativas de ultraderecha puede ser comprendido como un paso a paso influenciado por varios factores psicológicos, sociales y tecnológicos. Inicialmente, la desconfianza hacia las instituciones, exacerbada por la percepción de que el poder está en manos de fuerzas ocultas, convierte a las personas en escépticas de la narrativa oficial. Este escepticismo es alimentado y reforzado por la exposición constante a contenido sesgado en las redes sociales, que legitima y amplifica las teorías conspirativas.
Con el tiempo, los escépticos comienzan a identificarse con estas narrativas, encontrando en ellas un enemigo común y un sentido de pertenencia a un grupo que "conoce la verdad". A medida que se sumergen más profundamente en estas burbujas de información, el sesgo de confirmación entra en juego, llevando a un rechazo sistemático de cualquier evidencia que contradiga sus creencias. Este proceso se ve acelerado por el estilo de vida moderno, caracterizado por una sensación de inseguridad y ansiedad, que hace que las explicaciones simples y directas de las teorías conspirativas sean aún más atractivas.
Ceguera ante los Factores Reales de Control
Una de las consecuencias más preocupantes de la adhesión a teorías conspirativas de ultraderecha es que distraen a las personas de los factores socioeconómicos, socioculturales y políticos reales que afectan sus vidas. En lugar de reconocer y abordar problemas como la desigualdad económica, las políticas públicas ineficaces o las dinámicas de poder reales, los creyentes en teorías conspirativas se centran en luchar contra enemigos imaginarios o exagerados.
Esta ceguera puede tener consecuencias graves, ya que impide que las personas se involucren en cambios significativos que podrían mejorar su situación y la de sus comunidades. Además, perpetúa un ciclo de desinformación y polarización, donde la verdadera naturaleza del poder y el control en la sociedad permanece oculta detrás de una cortina de paranoia y falsas narrativas.
Para terminar
La creciente creencia en teorías conspirativas entre las personas de ultraderecha puede ser entendida a la luz de las dinámicas de las sociedades de control descritas por Gilles Deleuze. La desconfianza hacia las instituciones, la modulación continua de la información a través de las redes sociales, y el deseo de encontrar certezas en un mundo incierto, juegan un papel crucial en este fenómeno. Esta transformación desde el escepticismo hasta la creencia no solo refuerza narrativas erróneas, sino que también impide a los individuos ver y actuar sobre los verdaderos factores socioeconómicos y políticos que afectan sus vidas, perpetuando un ciclo de alienación y desinformación que es característico de nuestras sociedades contemporáneas.