La palestinización de los mexicanos

La palestinización de los mexicanos

Análisis a la entrevista a Alfredo Jalife sobre Trump y la Palestinización  de los Mexicanos.

Sobre la relación entre México y Estados Unidos, emerge una visión crítica y polémica que sitúa a los mexicanos en Estados Unidos en una situación similar a la de los palestinos en Israel, proceso que él denomina "palestinización". En su opinión, la reelección de Donald Trump podría intensificar la discriminación y los riesgos que enfrenta la comunidad mexicana, al tiempo que señala los peligros de la xenofobia, el supremacismo blanco y la falta de preparación de las élites mexicanas para entender y abordar este conflicto.

Uno de los ejes de esta advertencia es el simbolismo y la estrategia detrás del muro fronterizo, que Trump utiliza como una herramienta electoral para ganar el respaldo de sectores supremacistas y antiinmigrantes dentro de Estados Unidos. Jalife observa que el muro representa no solo una barrera física, sino una declaración ideológica que busca consolidar la narrativa de un “norteamericano blanco”, en un momento en que los demógrafos proyectan que la mayoría poblacional podría ser de origen latino en los próximos veinte años. Jalife subraya que esta construcción, lejos de ser un capricho de Trump, es en realidad la culminación de una serie de políticas que anteceden su presidencia y que fueron apoyadas tanto por demócratas como republicanos. Menciona que el muro fue aprobado en su primera etapa bajo la administración de George W. Bush y con el respaldo de figuras demócratas como Hillary Clinton. Esta observación rompe con la visión simplista de que el muro es únicamente una ocurrencia republicana y pone en evidencia una política bipartidista que desde hace tiempo ha identificado al migrante mexicano como una amenaza.

Para Jalife, la construcción y expansión del muro, que ha sido contratada a empresas israelíes, es una extensión de una ideología racista y supremacista que se alinea con las políticas de figuras como Benjamin Netanyahu en Israel, quien alguna vez comparó la situación de los palestinos en Israel con la de los mexicanos en Estados Unidos. Esta conexión revela una inquietante tendencia a criminalizar y excluir a las minorías, proceso que, según Jalife, podría llevar a la persecución sistemática de los mexicanos en territorio estadounidense. Jalife advierte que esta situación se asemeja a la política israelí de segregación y control sobre los palestinos y alerta que, de continuar en este rumbo, los mexicanos podrían enfrentar un destino similar.

Más allá del muro, Jalife identifica una creciente hostilidad racial en Estados Unidos, alimentada por una narrativa supremacista que ha ganado terreno bajo el amparo del discurso de "América primero" de Trump. La falta de comprensión y preparación por parte de las élites mexicanas ante este fenómeno es, para Jalife, un grave error que coloca a los migrantes mexicanos en una posición vulnerable. La comparación que realiza entre los mexicanos en Estados Unidos y los palestinos en Israel no es superficial, sino que está anclada en una serie de factores estructurales que incluyen la pérdida de territorio, la estigmatización étnica y la violencia racial. Según Jalife, los políticos mexicanos no solo han fallado en proteger a la diáspora mexicana, sino que también han mostrado una frivolidad preocupante al ignorar el riesgo latente de una persecución racial en su contra. En sus palabras, esta ignorancia no solo es irresponsable, sino que agrava la situación de los mexicanos al provocar una respuesta hostil en los sectores supremacistas de Estados Unidos, incrementando el peligro al que están expuestos.

En un análisis más amplio, Jalife profundiza en la repercusión que las políticas económicas y migratorias de Trump podrían tener para México, especialmente en un contexto de aislamiento y proteccionismo. Con la promesa de devolver empleos manufactureros a los "rednecks" de Estados Unidos, Trump amenaza con desmantelar el modelo económico de maquiladoras que sostiene gran parte de la economía mexicana. Jalife critica este modelo, argumentando que el Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN) convirtió a México en una maquiladora dependiente y subordinada a los intereses estadounidenses. La victoria de Trump, al representar una reestructuración proteccionista de la economía estadounidense, posiciona a México como el perdedor en este escenario, dado que el país ha basado su economía en el outsourcing y la manufactura para el mercado norteamericano, en detrimento de una política económica propia que fomente el desarrollo y la autosuficiencia.

Jalife también aborda la hipocresía del gobierno mexicano en su trato a los migrantes centroamericanos, criticando la falta de coherencia en la política migratoria de México. A pesar de las demandas de un trato digno para los mexicanos en Estados Unidos, México mantiene una actitud discriminatoria y hostil hacia los migrantes que intentan cruzar su frontera sur. Jalife observa que esta doble moral no solo daña la imagen de México a nivel internacional, sino que también socava la legitimidad del país al exigir respeto y derechos para sus propios ciudadanos en el extranjero. En su análisis, esta incongruencia refuerza la percepción de que México carece de una posición moral sólida, lo cual es un obstáculo adicional en su lucha por la dignidad y el respeto de los migrantes en Estados Unidos.

Finalmente, Jalife apunta a las raíces de la crisis de seguridad y narcotráfico en México, las cuales, según él, están entrelazadas con el TLCAN y los intereses financieros globales de figuras como George Soros y la familia Rothschild. Argumenta que el libre comercio y la especulación financiera han facilitado el flujo de drogas y armas, beneficiando a una élite económica global a expensas de la estabilidad y seguridad de México. Para él, el TLCAN no solo ha favorecido a las multinacionales estadounidenses, sino que también ha permitido la expansión de los cárteles de la droga y la corrupción en el país. Jalife va más allá al señalar que la legalización de las drogas, impulsada por intereses de estas élites, no es una política de salud o seguridad, sino un negocio lucrativo que explota la crisis social y económica de países como México.

Creo que el análisis de Alfredo Jalife es una advertencia sobre los peligros de la falta de preparación, la ignorancia histórica y la dependencia económica que, según él, definen la relación de México con Estados Unidos. Su comparación con el conflicto israelí-palestino busca resaltar los riesgos a largo plazo que enfrentan los mexicanos en un contexto de creciente xenofobia y racismo. Concuerdo con Jalife, que es urgente que México repiense su posición en el orden geopolítico, fortaleciendo su autonomía económica y su política migratoria, no solo como una respuesta a la amenaza externa, sino como una afirmación de dignidad y respeto hacia sus propios ciudadanos. En este sentido, su propuesta no es meramente defensiva, sino una llamada a la autocrítica y la acción para evitar que México y su gente se conviertan en víctimas de una historia que ya hemos visto desarrollarse en otros rincones del mundo.

A continuación comparto el video completo con la entrevista.